¿Sabes qué es la contaminación electromagnética? Se refiere a aquellas emisiones que son generadas por uno o varios focos de distintas frecuencias.

Sin duda, el desarrollo de la tecnología en las últimas décadas ha sido de gran utilidad en diferentes ámbitos, pero también ha modificado el medio que rodea al ser humano, poniéndonos en una situación vulnerable.

Las ondas de la televisión, el radio, los celulares, redes de wifi y diversos electrodomésticos, como los hornos de microondas, son algunos de los ejemplos de artefactos que producen campos electromagnéticos artificiales, pero ¿qué efecto generan en el cuerpo?

En la actualidad, diversos estudios han demostrado que dichos campos llegan a ser patológicos, dependiendo del tiempo durante el cual estemos expuestos y la potencia de los mismos.

Y a pesar de que no le hemos dado la debida importancia, el tema es de cuidado. Comúnmente nos preocupamos por la calidad del aire y lo que respiramos, dejando de lado la contaminación electromagnética, que puede generar iguales o más graves consecuencias que el aire contaminado, pues influyen en el desarrollo de diferentes tipos de cáncer, problemas neurológicos y otras patologías.

¿Qué signos pueden reflejar un exceso de contaminación electromagnética?

  1. Cansancio excesivo
  2. Dolores de cabeza constante
  3. Insomnio recurrente
  4. Estrés excesivo

Pero no te escribo esto para que entres en pánico, sino para que sepas cómo protegerte de ella. La buena noticia es que existen muchas formas de hacerlo.

  1. Bye al celular. ¿Qué dijiste? ¡Imposible! Sí, yo tampoco imagino mi vida sin él, incluso, cuando llego a olvidarlo en casa, me siento desnuda 😛 pero trata de utilizar el manos libres en la medida de lo posible. Al cargarlo, asegúrate hacerlo a, por lo menos, 3 metros de distancia. De igual forma, por las noches, aléjalo de tu cama.
  2. Reubica el wifi. Cuida no tener el módem en tu habitación o la de los pequeños. Idealmente, apágalo por las noches y enciéndelo cuando lo necesiten. Si no estás durante el día en casa, mantenlo desconectado.
  3. Que corra el aire. Manten ventiladas las habitaciones, área de sala y cocina. Algunos materiales, como granito y algunas cerámicas pueden ser fuente de gas radón.
  4. Con paso firme. Utiliza zapatos de suela que ayuden a esa descarga electromagnética y ropa de algodón el lugar de sintética.
  5. Fuera de rango. Cuida que no haya transformadores cerca de tu casa o ventanas, así como antenas, radares y cables de alta tensión.
  6. Apóyate en la naturaleza. Existen diversos cuarzos y elementos que ayudan a transformar los iones positivos (esa contaminación) en iones negativos (partículas presentes en ambientes naturales y que generan un ambiente equilibrado). Entre ellos están las lámparas de sal del himalaya, orgones y magnetos.

 

Por supuesto que mi casa no está libre de esa contaminación, pero, en medida de lo posible, he intentado crear un ambiente de bienestar. Dirás que estoy loca, pero tengo la mayor parte magnetizada 🙂 y antes de que te preguntes ¿qué es eso? así le llamo a la barrera de protección que tengo gracias a la línea de productos de Nikken, los cuales están conformados por magnetos colocados estratégicamente, así como turmalinas.

Entre mis must have están

  1. Colchón: Tiene tecnología magnética, turmalinas y fibras especiales que ayudan a mantener el cuerpo en equilibrio, alineado y protegido.
  2. Filtro de aire: Sí, ya sé que te lo he recomendado hasta el cansancio, pero, de verdad, el filtro de Nikken el plus que tiene es que emite iones negativos, esos que queremos en nuestra vida y en todo momento.
  3. Joyería magnética: No puedo salir de mi casa sin mis aretes y pulsera magnética, pues ayudan a contrarrestar los efectos del celular y esa contaminación de la que hablamos. Me ayuda a prevenir dolores de cabeza y, lo mejor, se ve divina 😛 Por cierto, del 5 al 14 de febrero parde de la línea de joyería magnética de Nikken tiene el 20% y puedes verla dando click aquí.